domingo, 4 de diciembre de 2016

La Ley y la Gracia de Hans Holbein

Hans Holbein el Joven Alegoría del Antiguo y Nuevo Testamento 1530


En primer plano Adán, representando a todo el hombre (homo), que escucha las predicaciones de Isaías (Esayas propheta) y de Juan Bautista (Ioannes Baptista). El corazón del hombre queda expresado en la cita paulina sobre la que está sentado: «¡Miserable de mí! ¿Quién me librara de este cuerpo que me conduce a la muerte?» (Rom 7,24). Isaías, señalando a la Virgen, le dice «He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un Hijo» (Is 7,14). Juan el Bautista, señalando a Jesús, le dice «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jn 1,29).

A los lados se contraponen la muerte (mors) y nuestra victoria (victoria nostra): la muerte y la Resurrección (Jesucristo resucitado sostiene la cruz y el estandarte de su Victoria, mientras aplasta a la muerte y al demonio –caricaturizado en esa especie de murciélago alucinado debajo del esqueleto-).

Izquierda y derecha contraponen al fondo la economía de la ley y la de la gracia, divididos por el eje vertical del árbol que está seco de un lado y verde del otro (tema central de la predicación protestante a la que responde este tipo de alegorías y que muchas veces confunde la antítesis paulina ley-gracia con la luterana obras-fe, aunque en este caso Holbein no hace las explícitas referencias anticatólicas de otros pintores de este mismo tema). Allí vemos a la izquierda el pecado original (peccatum), a Moisés recibiendo las tablas de la Ley (lex) y a los israelitas en el desierto acudiendo a la serpiente sacramental de bronce que anticipa el misterio de la justificación (mysterium iustificationis). A la derecha en cambio vemos a María a punto de concebir por obra y gracia (gratia) del Espíritu Santo (el Verbo está descendiendo hacia ella bajo la forma de un niño que porta la cruz). También vemos el anuncio del ángel a los pastores de Belén, a Jesús seguido por discípulos, señalado como Cordero de Dios (Agnus Dei) y crucificado para nuestra justificación (iustificatio nostra).

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